Recién llegados tras la asamblea de hoy, en la que muchos compañeros de Alfredo, independientemente de su afiliación sindical, han acudido a ofrecer su solidaridad y su apoyo ante la injusta situación que los desalmados que todos sabéis le están haciendo vivir. Esos miserables van a tener lo suyo, de eso podéis estar seguros. Esas ratas, como los bautizaba uno de los comentarios que hemos podido leer estos días, van a saber ahora sí, y con toda su crudeza, lo que se siente siendo una rata, y el asco y la repugnancia que su mera presencia provoca entre quienes tienen que luchar diariamente para sacar adelante, con dignidad y sin pisar a nadie, su vida y la de los suyos.
Sus caras ya están por todos lados, ya no pueden esconderse, y van a sentir, tienen que sentir, todo el peso de la solidaridad obrera. Hay ganas de Lucha, de dar la vuelta a esto, de forzar la búsqueda de una solución aceptable. Y esta vez ese impulso nadie va a conseguir diluirlo con ninguna estrategia dilatoria, porque esta vez, como bien ha apuntado otro compañero, no es posible estar a los 2 lados de la linea. Van a organizarse acciones sindicales y estas van a ser contundentes, todos van a poder verlo, así que, que vayan inventándose mentiras para contarles a sus clientes sobre los estibadores de Bilbao.
Reproducimos a continuación íntegramente, por su interés y su atinado análisis, un comentario anónimo publicado recientemente en la última entrada del blog, y cuyo encabezado da título a esta entrada.
"NO TODOS LOS OJOS LLORAN EL MISMO DÍA.
Que se puede decir ante este horror que nos atenaza la garganta y el corazón, ante la salvaje agresión que ha sufrido Alfredo, lo injusta e inmerecida que resulta a nuestros ojos, ojos de compañeros de tantos años.
SI, han despedido a un trabajador que llevaba trabajando en la empresa 27 años; han despedido a un padre de familia con dos personas a su cargo. No les ha temblado el pulso ni han pensado que tiene una hija universitaria a la que el dramático panorama laboral de su aita deja su futuro estudiantil en un sueño imposible.
Los que han despedido a Alfredo no han pensado en la injusticia manifiesta de su acto, en el atropello a su vida presente y la decapitación de un futuro en la armonía que merece el y toda su familia. No han pensado que hay mil maneras de no causar daños tan extremos, que desde el dialogo con los representantes de los trabajadores es posible la búsqueda de soluciones no traumáticas que contribuyan al compromiso de todos para la buena marcha de la empresa.
Si no somos capaces de reconducir este despropósito, estaremos poniéndonos de lado de aquellos que sin ningún sentimiento de culpa o remordimiento, acometen “jugadas” de este calado contra personas que necesitamos un puesto de trabajo para vivir con un mínimo de dignidad.
Alfredo necesita el apoyo unánime y solidario de todos los que tenemos conciencia social y laboral, de todos los que sin tener en cuenta a qué sindicato está afiliado nos posicionamos sin dudarlo al lado del agredido, máxime cuando lo ha sido de esta manera tan arbitraria e innecesaria.
Yo confío plena y absolutamente en mi sindicato y en los que lo dirigen. Han logrado que otros compañeros despedidos (Mónica Cano y Asier Axpe) hayan vuelto al trabajo. Justamente en el caso de despido de Mónica Cano, Alfredo acudió de testigo en defensa de ese puesto de trabajo, logrando con su testimonio y el de Iñaki Prieto (el indomable) una sentencia favorable que supuso la vuelta al trabajo de Mónica.
Afirmo que si no somos capaces de ponernos en pie y gritar ¡¡basta!! ¡¡Devolved a Alfredo su trabajo y con él la dignidad a este colectivo, a todos nosotros!! Dejaremos la puerta abierta para cualquier atropello que se les ocurra en un futuro que todos sabemos cercano."
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