¡Que verde era mi valle! (John Ford, 1941)
Se resumen en este fragmento, de poco más de cinco minutos, de esta gran obra de John Ford galardonada con el Oscar a la mejor película en 1941, algunos de los dilemas eternos de los trabajadores ante un conflicto laboral en época de crisis.
Ambientada en un zona minera de Gales a finales del siglo XIX, se centra en la familia Morgan en la que tanto el padre como los hijos se dedican al trabajo en la mina. En plena revolución industrial y en una de esas cíclicas crisis del sistema capitalista, los dueños de las minas deciden rebajar los salarios de los mineros aduciendo que ya no consiguen tan buenos precios para el carbón. Pronto vendrán los despidos de los trabajadores más antiguos y por lo tanto más caros, para contratar a otros con menos experiencia pero dispuestos a trabajar más barato. En estas pocas escenas podemos ver la diferente forma de afrontar los problemas entre los diversos miembros de la misma familia.
Seguro que a todos nos resulta familiar la situación planteada y las distintas actitudes ante el abuso de los dueños de la mina. Podemos comprenderles y ponernos en su lugar, pero ellos nunca se pondrán en el nuestro ni entenderán nuestro punto de vista, porque como dice uno de los hijos, "ellos tienen la fuerza y nosotros no".
- "¿De donde vamos a sacarla? ¿Del aire ?" pregunta el padre.
¿De donde vamos a sacarla nosotros? ¿Vamos a ser como el padre que agacha la cabeza y se cree las mentiras de los dueños? ¿O vamos a ser como los hijos que se unen y pelean por lo suyo? ¿Vamos a ser dueños de nuestro destino o esclavos de nuestro silencio?
En la pata de la grua somos todos muy valientes y parece que vamos a ir a la huelga un par de meses, joder!!! es lo que se respira. Luego a la hora de la verdad los empresarios les comen el coco a "los negociadores" y éstos en sus asambleas a los afiliados (si, a aquellos que iban a hacer una huelga hasta morir). Eso cuando hay asambleas porque el ejemplo más cercano de lo poco que pintamos fue en Semana Santa con esa modificación de Convenio de ultima hora sin contar con nadie. Cada vez a peor, antes por lo menos se hacían y se repetían tantas veces hiciesen falta hasta que salía lo que deseaban los empresarios, perdón, digo los delegados.
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