LA SITUACIÓN FUERA Y LA SITUACIÓN DENTRO

Uno de los argumentos más usados, hoy en día, por la parte empresarial cuando trata de convencernos a los trabajadores para que renunciemos a algunos de los derechos laborales que tanto sudor, lágrimas, y muchas veces sangre, nos han costado a lo largo del último siglo y medio de lucha de clases, es la coyuntura económica, y la grave crisis en la que nos hayamos inmersos. Insisten en que renunciar a derechos e ingresos es inevitable para mantener vivo el sistema, y que mas allá de éste solo habita el caos.

A fuerza de repetir constantemente la misma cantinela, convenientemente amplificada por los medios de comunicación, han conseguido llegar al imaginario colectivo de toda una clase y que hagamos nuestra esa falacia, olvidando que nuestras renuncias no son un acto de solidaridad con el resto de trabajadores, ya que cuanto pretenden es que renunciemos los trabajadores, para mantener ellos  sus privilegios de clase dirigente.

¡Cómo si las crisis cíclicas no fueran consustanciales al propio sistema! ¡Cómo si no acudieran con una puntualidad casi helvética a su cita con un sistema que se realimenta de éstas crisis para acercarse a su objetivo último; abaratar lo que hoy en día se ha dado en llamar "costes laborales" y que no es otra cosa que el precio de la fuerza de trabajo, único medio de subsistencia de la inmensa mayoría de la población!

Por supuesto, nuestro puerto no iba a ser una excepción, y tan sobado argumentario campa a sus anchas entre nosotros, siendo muchas veces los propios trabajadores, puede que por desconocimiento o falta de formación, los encargados de propagarlo, contemplando la situación fuera del puerto como hecho atenuante y haciendo el trabajo sucio de la patronal.

Como es una idea  que seguramente acabe por aparecer en la negociación del convenio, y como además se usará por los propios trabajadores o algunos de sus representantes como factor desmovilizador en el sentido que se ha apuntado en el párrafo anterior, no estaría demás que antes de hacer el caldo gordo a la empresa, prestemos un poco atención a los números. Estos no suelen mentir y además por muchas vueltas que les des suelen llevar al mismo resultado.

Evolución del tráfico de mercancías en el Puerto de Bilbao durante el periodo 2005-2012

Observando los datos correspondientes a las dos primeras filas (Tráfico Portuario y Graneles Líquidos) se advierte una cierta tendencia alcista del tráfico portuario hasta llegar al año 2009, año en el que la crisis más se hizo notar en el Puerto de Bilbao,  marcando el punto de inflexión a partir de cual se inicia un descenso constante de tráfico.

Como se ve en el gráfico, el tráfico portuario desciende de forma dramática en el año 2009 y mantiene una tendencia mas bien a la baja en años sucesivos, paralelamente a como lo hace el tráfico de graneles líquidos. Estas son las cifras que seguramente estará tentada de utilizar la patronal para llorar rebajas salariales o pedirnos que seamos comedidos en nuestras aspiraciones sociales y transigentes en sus peticiones laborales. Pero nosotros no nos dejaremos engañar, porque aquí lo único que queda claro, como veremos en gráficas sucesivas, es que el tráfico portuario baja arrastrado por los graneles líquidos, los cuales no son un factor a tener en cuenta, ya que no forman parte de las tareas de estiba ni son parte del negocio de las empresas estibadoras.

Cuando analizamos la evolución del tráfico de las mercancías que si son propias del trabajo de estiba (Graneles sólidos y, sobre todo, la Mercancía General) y que constituyen el leitmotiv de las empresas estibadoras, el escenario cambia sensiblemente. Así podemos comprobar que el año 2009 no es en este caso un punto de inflexión en la evolución del tráfico, sino que representa un punto  mínimo, a partir del cual el tráfico crece de nuevo constantemente para retornar a niveles previos a la crisis.

 

Por otro lado, si miramos a los tráficos con más futuro como son los contenedores  y los remolques a través de rampa Ro-Ro, éstos muestran una tendencia alcista aún más clara, superando las cifras previas a la crisis, e incluso marcando máximos históricos.

En definitiva, si admitiéramos el argumento que emplean los empresarios para exigir recortes en sueldos y derechos allí donde baja la carga de trabajo, de forma análoga en la negociación del convenio de estiba de Bilbao tendríamos que exigir sensibles aumentos de sueldo y mas derechos laborales y sociales.  De esta forma se compensaría el incremento de trabajo que está  suponiendo, para una plantilla sin nuevos ingresos en los últimos cinco años, la recuperación y evolución favorable de los tráficos de mercancía general en cualquiera de sus diferentes formas de presentación. Aunque tal vez nos podríamos conformar con renovar el convenio actual, con algunos retoques y con la entrada progresiva de trabajadores eventuales para atender los incrementos de tráfico y  no hipotecar de esa forma el disfrute de los días de fiesta ya acumulados por la plantilla actual, que se está revelando algo corta. Tampoco estaría demás establecer un calendario en el convenio para el traspaso progresivo del transporte horizontal vinculado a la carga y descarga a los estibadores, retomando la declaración de intenciones hecha por la propia empresa en tiempos no tan lejanos.

Nota:
Todos las cifras objeto de tratamiento en esta entrada se han obtenido de la página de puertos del estado. Son por tanto los datos que mensualmente facilitan con carácter oficial.